lunes, 21 de septiembre de 2020

REFLEXIONANDO DE AMOR

   Cuenta una leyenda japonesa, que hubo una vez un emperador empeñado en saber sobre cuál iba a ser su futuro en unos años. Un buen día, una chamana que acudió a palacio, le dijo que las respuestas que buscaba se encontraban en el interior de un pueblo de pescadores a unos kilómetros de la ciudad imperial. Así pues, el emperador con varios de sus sirvientes emprendió viaje hacia aquel pueblo. Tras días de búsqueda en aquel lugar sin resultado alguno, cuando iba paseando por una de sus calles, se encontró con una mujer que llevaba un bebé en brazos. Ella, mirándole fijamente a los ojos, le dijo: “Has llegado a tu destino”. El emperador, enfurecido por no entender el porqué de esa afirmación, pegó a la mujer, la tiró al suelo y se fue de allí. Pasaron varios años, y el emperador estaba buscando esposa. Un buen día, se presentó una mujer que encandiló al emperador con su belleza, la cual tenía una cicatriz un tanto particular en la cara. El emperador, sorprendido por ese hecho, le preguntó cómo se había hecho eso. Y la mujer, sonriente, respondió: “Esta cicatriz me la hizo usted”.

 Esta leyenda representa la creencia de que cada uno de nosotros está conectado a otras personas mediante un hilo rojo invisible imposible de romper. Y por más que intentemos evitar ese destino, este siempre volverá a nosotros. Y vosotros, ¿qué opináis de este tema?











Gracias.


Saludos





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